Por la Dra. Melissa Ochoa-Pérez, Servicios para la Salud Mental
Sentir ansiedad es natural. Es normal que los niños pequeños le tengan miedo a la oscuridad o que los niños en edad escolar se sientan nerviosos antes de una prueba o partido de fútbol. Sin embargo, para algunos niños, la ansiedad normal se torna en algo más serio. El niño podría tener miedo de alejarse de sus padres, dormir solo o puede necesitar que lo tranquilicen sobre eventos que ocurrieron en el pasado. Puede que no nos cuenten lo que les preocupa pero pueden quejarse de dolores en el cuerpo antes de ir a la escuela o puede que vayan a la enfermería de la escuela a diario con dolor de cabeza o de estómago. La diferencia entre la preocupación normal y los desórdenes de ansiedad radica en la severidad y la duración de la ansiedad. La sensación de ansiedad puede ser una reacción saludable ante situaciones estresantes pero la ansiedad se vuelve un desorden cuando interfiere con la capacidad del niño para manejar situaciones cotidianas o cuando lo impulsa a evitar cosas que la mayoría de las personas de su edad disfrutan – en casa, en la escuela y con sus amigos.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (o TAG) afecta aproximadamente desde el tres hasta el cinco por ciento de los jóvenes y con frecuencia se manifiesta con uno o más de los otros tipos de ansiedad (como ansiedad ante la separación, desorden obsesivo-compulsivo o ansiedad social). El diagnóstico en mujeres es mucho más frecuente que en varones. Es difícil que los padres puedan reconocer la ansiedad porque, con frecuencia, es difícil que los niños expresen lo que sienten por dentro. El cuerpo de un niño responde ante los activadores de la ansiedad si está en modo de supervivencia – se activa la reacción de lucha o huída – La adrenalina que se ha incrementado en el torrente sanguíneo hace que el cuerpo libere otras hormonas que pueden afectar el cerebro, el estómago yo los pulmones. Este trastorno químico puede generar pensamientos confusos, quejas por dolor en el estómago/intestinos y dificultades para respirar. Debemos estar pendientes de los siguientes síntomas:
- Problemas para dormir
- Quejas recurrentes sobre dolor en el estómago u otras partes del cuerpo
- Niño demasiado pegado a sus padres o apoderados
- El evitar amigos o situaciones que disfrutó en el pasado
- Niño con problemas en clase o inusualmente inquieto
- Exabruptos explosivos, mal humor, niño lloroso
La ansiedad es muy tratable. Existen muchas herramientas que su niño puede aprender que lo ayudarán a entender las partes mentales y físicas de la ansiedad y así sabrá cómo puede afrontar la ansiedad cuando se manifieste. La ansiedad no tratada puede generar pérdida de confianza, autoestima baja, disfunción académica, y, eventualmente, automedicación a través del abuso de sustancias. Por ello, es importante que no ignoremos los síntomas que ya se manifiestan.
En Legacy, creemos que la buena salud debe reflejarse tanto en la mente como en el cuerpo. En tal sentido, nuestro enfoque hacia los pacientes es global y refleja nuestra visión de conectar a las comunidades con la salud cada día, de todas las formas posibles.